jueves, 2 de marzo de 2017

El instinto creativo (paisaje interno)

A veces mi instinto creativo se tensa, se contrae, duele, se espesa. Se transforma en un reloj al que le falta aceite y el tiempo comienza a frenarse.
¿Te sentiste así alguna vez?

“Un abismo donde nadas adentro de las palabras, pero se hace imposible escuchar. Es el murmullo del mar lo que debiera traerte a la orilla de tu corazón otra vez, pero es imposible. No llega. La calma no llega, entonces comenzamos a sentirnos extirpados de todas las historias, ausente inclusive de la propia.
¿Te das cuenta por que se llaman paisajes internos?, porque necesitas naufragar por esos túneles de palabras que te abruman, que tironean de tu piel como si tuviera la densidad de la tela.
Se arrancan de tus profundidades, unas palabras que con prisa se precipitan a salir de tu boca y se quedan allí, danzando en tu lengua, al borde de un abismo cargado de un silencio comprimido, incómodo, infértil.
¿Te permiten volar aquellas palabras apretadas en la garganta?. No, eso que te reprimís necesita esparcirse en toda la ciudad. Inundar el propio mar, vaciarte de fantasmas viejos. Plasmarse en todas las formas de arte que quieran salir de vos.
Necesitas hundirte en ese caos que se abre con cada nueva experiencia. Por eso, entender que el silencio y la observación también son momentos creativos, nos abre un portal maravilloso.
Siempre. Todas las veces. Aunque sientas que cruzaste todos los puentes del universo, el primer paso da miedo, y esa sensación es la que te oprime el  instinto creativo.
Salta, las alas aparecen durante la caída libre, solo tienes que confiar”, respondió la mujer de alas verdes, era algún jueves del mundo y ella tomaba una copa en el bar del submarino.


1 comentario:

  1. Hola Maga! Hace unas horas te recordé y no tengo tu número así que tu blog estaba en mi memoria aún, me encanta que tu proyecto anti proyecto siga firme jaja. Te mando un beso desde Cachi que por cierto se mantiene igual de linda!

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